Arrendar en el centro

ARRENDAR EN EL CENTRO: TRAYECTORIAS RESIDENCIALES Y DERECHO A LA VIVIENDA EN SANTIAGO DE CHILE

Presentación en el seminario interno de CONTESTED_CITIES. Universidad Autónoma de Madrid, 17 de octubre de 2013

– por Antoine Casgrain, candidato al Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos, Universidad Católica de Chile.

La investigación doctoral que se presenta busca analizar las trayectorias residenciales de los arrendatarios de bajos ingresos de Santiago, para comprender mejor como perciben las oportunidades socioeconómicas y sus estrategias para captarlas.

En las ciudades de Chile, tal como en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, el proceso de urbanización ha favorecido la casa en propiedad por sobre la vivienda en alquiler. Entre los factores históricos que explican esta realidad se encuentran la precariedad de los ingresos y de la seguridad social, además de un política habitacional centrada exclusivamente en el financiamiento del acceso a la propiedad. Como consecuencia, los hogares no propietarios de su vivienda están marginalizados de un importante beneficio económico, la casa propia, la cual garantiza no sólo mejor hábitat, sino una cierta seguridad socioeconómico mediante un activo inmobiliario.

En cambio, la vivienda en propiedad puede ser un obstáculo a la movilidad residencial. Comparado con los propietarios, los hogares que pagan un arriendo en Santiago están mucho más dispersos en el territorio metropolitano. Esa mejor capacidad de localización en el espacio urbano otorga a los arrendatarios una mayor capacidad de huir la los espacios de segregación y de acceder a oportunidades urbanas.

Una serie de entrevistas realizada con los arrendatarios de bajos ingresos de Santiago nos muestra como ellos resuelven el dilema entre la localización y tenencia de la vivienda. Si bien es cierto afirmar que las personas, incluso siendo inquilinos, interpretan el dilema residencial como un camino hacia la casa propia, no es el único deseo u objetivo que ellos contemplan a corto o mediano plazo. Por ejemplo, un tipo de hogar que llamamos “oportunista” ha conocido otras áreas de la ciudad, a veces incluso tiene una casa propia, pero opta por el arriendo para acercarse a oportunidades de trabajo o de transporte. En otros casos, la ruptura del ciclo de vida marca fuertemente el comportamiento de tenencia y el arriendo aparece desde una solución de emergencia hasta un peldaño para reconstruir un nuevo camino de vida. Por su lado, el migrante extranjero contempla una trayectoria de ascenso a través del arriendo, ascenso muchas veces obstaculizado por barreras institucionales y de acceso a beneficios estatales.

Como conclusión provisoria, podemos afirmar que la decisión de localización en áreas centrales menos segregadas no pasa por una actitud “consciente” o un rechazo hacia la solución habitacional estándar o estatal. Se trata más bien de un hábitus, práctica territorial no cuestionada, para algunos y de una experiencia de oportunidad para otros.

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