La segregación socio-espacial. Abordajes diferentes para un fenómeno de múltiples dimensiones

La segregación socio-espacial. Abordajes diferentes para un fenómeno de múltiples dimensiones

Por Felipe Ochsenius, investigador del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires.

La segregación constituye un fenómeno característico de las grandes ciudades contemporáneas. Ha sido abordado por diferentes disciplinas, dando cuenta de sus múltiples dimensiones. Aquí pretendemos señalar un breve recorrido por algunas de dichas dimensiones, considerando  aportes teóricos relevantes generados desde las ciencias sociales latinoamericanas.

Nos interesa destacar aquellos patrones que adquiere el fenómeno, como sus modalidades e implicancias para la población segregada. Asimismo resaltar la importancia del trabajo etnográfico como herramienta para el estudio de las subjetividades, los imaginarios y la construcción de la diferencia tanto social como espacial. Desde esta propuesta metodológica las investigaciones comparten un modo de observar la ciudad que se centra en las prácticas, las relaciones y los sentidos sociales de los actores urbanos. Interesa, por lo tanto, indagar en aquellas dimensiones que dan cuenta de las diferencias de poder y en cómo están significadas y representadas en el espacio social.

Algunas aproximaciones al fenómeno de segregación

En primer lugar, debemos destacar que, la segregación es un fenómeno social que tiene una importante e ineludible dimensión espacial. Entre los preceptos que organizan el espacio urbano podemos encontrar patrones de diferenciación social y de separación. Estas reglas varían cultural e históricamente, revelan los principios que estructuran la vida pública e indican como los grupos se interrelacionan en el espacio de la ciudad (Caldeira, 2000).

Cabe preguntarse por la proximidad o distancia entre los diferentes grupos sociales en el espacio urbano, la homogeneidad o heterogeneidad o el grado de concentración de un grupo en un determinado territorio. ¿Cuál es la correlación de un grupo social con un determinado territorio?

No se trata solo de explicar la segregación como un fenómeno con determinados impactos en el espacio urbano, ni como algo dado, sino como esta se construye en el ámbito de las representaciones y prácticas de actores con diferente capital económico, social y cultural.

En relación a las dimensiones del fenómeno de segregación, desde los aportes de Sabatini (2001) se reconocen tres dimensiones; en primer lugar, la tendencia de los grupos sociales a concentrarse en algunas áreas de la ciudad. En segundo lugar, la conformación de áreas o barrios socialmente homogéneos y en tercer lugar, la percepción subjetiva que los residentes tienen de la segregación “objetiva”, que refiere a las otras dos dimensiones. Esta última refiere al prestigio o desprestigio de las áreas o barrios que componen el espacio de cada ciudad.

El hecho de limitar la dimensión subjetiva solo a las percepciones, hace perder de vista el rol activo de los residentes como actores en los procesos de segregación.  La dimensión subjetiva es asociada con  sentimientos de marginalidad o “estar de más”. A partir de esta auto-percepción que tienen los habitantes de espacios segregados, sostiene que se pueden desencadenar procesos de desintegración social, los cuales redundarían en una segregación creciente producto de su propia asimilación al resto de la ciudad. El carácter subjetivo de esta tercera dimensión refiere a las imágenes, percepciones, reputación y estigmas territoriales asignados por la población de la ciudad a algunos de sus vecindarios (Sabatini, 2003). Cabe preguntarse por el nivel de implicancias que tendrá esta subjetividad en relación a las características “objetivas”.

Por otra parte, cabría agregar la dimensión subjetiva de los actores externos, las percepciones y valoraciones que conducen emprendimientos urbanos como urbanizaciones cerradas o políticas de relocalización de la población y renovación urbana (Carman et al, 2013), las cuales son dejadas de lado al analizar solo la subjetividad de la población segregada.

La segregación socio – espacial, figura como una condición importante para muchos de los negocios inmobiliarios residenciales. Este tipo de desarrollos se despliega en las ciudades latinoamericanas con mayor fuerza a partir de la década de los 90 en procesos de suburbanización de las clases acomodadas o en barrios cerrados (Svampa 2001, Caldeira, 2000).

La característica más notoria que define los nuevos patrones tiene que ver con una población obsesionada con la seguridad y la discriminación social. El principal instrumento de este nuevo patrón de segregación espacial es lo que Caldeira denomina como “enclaves fortificados”. Este tipo de urbanización prolifera en la mayoría de las grandes urbes latinoamericanas con sus respectivas denominaciones y particularidades y es, considerada como una modalidad de “auto-segregación”. Dicha modalidad puede involucrar la  expulsión de habitantes establecidos en estos nuevos “barrios prestigiosos” para favorecer la homogeneidad anhelada, una expresión del urbanismo por afinidad social.

En cuanto a definir la segregación, se han distinguido diferentes tipos, ya sea, según los orígenes, los mecanismos y agentes que la producen, o los rasgos espaciales que la constituyen. En términos generales se establecen dos tipos, uno geográfico, que significa desigualdad en la distribución de los grupos sociales en el espacio físico y uno sociológico que, refiere a la ausencia de interacción entre los diferentes grupos sociales. Más bien, en lugar de pensar en dos tipos de segregación, puede resultar más  adecuado pensarlos como dimensiones interrelacionadas de manera compleja y cambiante.

Desde un abordaje antropológico, Carman (2013) plantea la necesidad de conocer donde, cuando y para que se encuentran miembros de grupos sociales diferentes, si es que lo hacen. Agregando además, como se experimenta su situación, como se piensan recíprocamente, con base en imaginarios, clasificaciones sociales y estereotipos.

Sobre los patrones de segregación

Superpuestas al patrón centro-periferia, las transformaciones recientes están generando espacios en los cuales los diferentes grupos sociales muchas veces están próximos pero separados por muros y tecnologías de seguridad, y tienden a no circular o interactuar en áreas comunes. En otros casos, se trata de fronteras simbólicas que pueden prescindir de marcas  o barreras físicas para producir el mismo efecto segregador.

Las transformaciones espaciales en ciertos patrones residenciales, dan cuenta de una reducción en la escala geográfica de la segregación. Esta reducción de la escala geográfica puede llegar a tener efectos perjudiciales que tienen a agudizar la segregación espacial, puesto que la proximidad espacial puede llegar a reforzar los estigmas.

 Estos cambios de escala están vinculados con los procesos de liberalización de los mercados de suelo, flexibilización laboral y sobre todo con un retroceso de la acción estatal sobre el espacio urbano (Sabatini, et al, 2001).  Se asocia a esta dinámica las políticas de renovación urbana de áreas centrales deterioradas con base tanto en la recuperación de casas antiguas para usos residenciales o terciarios (Sabatini, 2003). Estas dinámicas conforman  procesos de gentrificación en varias de las grandes ciudades latinoamericanas y de otras latitudes.

Prácticas y representaciones de la diferencia

Desde el abordaje etnográfico, se intenta dar cuenta de las diferentes acciones llevadas a cabo por los distintos agentes que intervienen en el espacio urbano. Dichas acciones se constituyen como mecanismos en el marco de procesos socio-espaciales que van configurando un espacio de segregación. No sólo las intervenciones pueden producir o reproducir la segregación. También la omisión o inacción de ciertos agentes puede generar impactos segregadores, como se ha constatado en los análisis del rol estatal como agente de producción en el espacio urbano.

Las practicas, relaciones y sentidos sociales cobran importancia en la producción de imaginarios y sentidos de lugar, por lo que resulta necesaria la consideración del trabajo de campo para dar cuenta de ciertas prácticas segregadoras a una escala local.

En efecto, Bourdieu (1989) nos habla de un ensamble de relaciones invisibles que, constituyen un espacio de posiciones externas las unas de las otras, definidas por su proximidad, vecindad, distancia con el otro y también por una posición relativa en el espacio social. Es aquí donde se apela a nociones espaciales de ubicuidad como “sobre”, “bajo”, “entre”, “en el medio de” y muchas otras. Estas ubicaciones en el espacio social están estrechamente ligadas con posiciones de poder. Se compara el espacio social con el espacio geográfico, dentro del cual hay regiones divididas. Prevot – Schapira (2000) interpreta estas divisiones como una fragmentación del espacio, dando cuenta de una segregación disociada bajo la existencia de una propiedad fractal que explica la profundización de las desigualdades.

Las representaciones del espacio son dinámicas y cambiantes, Gupta y Ferguson (1997) sostienen que las representaciones del espacio implican quiebres, rupturas y disyunciones. A partir de ellas, se manifiesta una tendencia común a ver los espacios como fragmentados, bajo una lógica de representación al estilo de los mapas.

Múltiples estudios analizan la segregación en Latinoamérica con base en criterios socio-económicos o de clase, como también la espacialización de una condición social compartida por personas de diferentes procedencias. La condición social puede ser explorada también como una categoría históricamente constituida, clave también en la producción de relaciones de poder.

En el caso argentino, se manifiesta la recurrencia histórica del término “villa” para hacer referencia a procesos de deterioro y relegación urbana. Se trata de un espacio que en el imaginario de la ciudad aparece como homogéneo pero que en su interior cuenta con una trama de relaciones que matizan esta visión externa. La aproximación etnográfica permite contrastar algunos de los significados otorgados al barrio. En un ámbito de diferencias socioculturales y proximidad espacial, Girola (2013) señala que se manifiesta una heterogeneidad conflictiva en un barrio de vivienda social en Buenos Aires, producto de la discriminación sufrida por los inmigrantes de países vecinos.

La aproximación etnográfica desplegada en un barrio nos permite matizar y contrastar ciertos significados naturalizados que subyacen al concepto de segregación – sentidos asociados a la unidad y cohesión social – y argumentar en favor de articulaciones y tensiones entre heterogeneidades y homogeneidades socio-residenciales, derribando y/o relativizando la constitución de urbanidades amalgamadas y adentros cohesivos.

Las características socio-económicas, la localización, la historia y las particularidades del entorno urbano en el cual se insertan los espacios, son claves para identificar matices, especificidades, y diferencias en la experiencia urbana de la segregación socio-espacial.

El espacio de las ciudades se encuentra marcado, dividido, simbolizado y jerarquizado, donde cada categoría espacial adquiere sentido en relación a las demás. Cabe destacar que el despliegue de los procesos de simbolización se da, como hemos visto, en una pluralidad de escalas. La ciudad y el barrio operan como categorías de escalas en los que son pensados los espacios urbanos en términos de lo que David Harvey (2007) señala como  “imaginación geográfica”.

Para la construcción de un análisis crítico de la segregación, es necesaria la aproximación teórica desde múltiples disciplinas, para así dar cuenta de la complejidad de un fenómeno con múltiples dimensiones.

No obstante su uso generalizado como concepto, la segregación es una categoría ambigua, escurridiza y polisémica, que refiere tanto a la organización del territorio y a los lazos que establecen entre sí los diferentes grupos que pueblan la ciudad; como así también a la distribución desigual de los individuos en el espacio y al acceso diferenciado a bienes y recursos. A menudo se aplica a situaciones extremas y contrastantes, ya sea si son protagonizadas por sectores desfavorecidos o por clases acomodadas.

La conformación de grupos sociales en áreas homogéneas representa un  aspecto parcial en el que se manifiesta el fenómeno. En este sentido, la vinculación con una escala determinada de análisis implica adoptar una perspectiva idónea para dar cuenta de las representaciones sociales y las prácticas que van configurando tanto los sentidos como la experiencia urbana de la segregación.

Referencias

Bourdieu, P. (1989) Social Space and Symbolic Power en Sociological Theory, Vol. 7, No.1, pp. 14-25, American Sociological Association.

___________ (2002) Efecto de Lugar en La Miseria del Mundo Bourdieu, P. (dir) 119-124, México, Fondo de Cultura Económica.

Carman, M., Vieira da Cunha, N., Segura, R. (Coord) (2013) Introducción en Segregación y diferencia en la ciudad FLACSO Ecuador, CLACSO, Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, Ecuador.

Ferguson, J., Gupta, A. (2008) (1997) Más allá de la cultura. Espacio, identidad y las políticas de la diferencia, Antípoda, 7: 233-256.

Girola, M.F. (2013) Procesos de heterogeneización y homogeneización socio-residencial desde una perspectiva etnográfica: reflexiones en torno a la constitución de urbanidad en una vivienda social de la ciudad de Buenos Aires en Segregación y diferencia en la ciudad, Carman, M., Vieira da Cunha, N., Segura, R. (Coord), FLACSO Ecuador, CLACSO, Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, Ecuador.

Harvey, D. (2007) Urbanismo y Desigualdad Social, Madrid, Siglo XXI.

Prevot-Schapira, M. (2000) Segregación, fragmentación, secesión. Hacia una nueva geografía social en la aglomeración de Buenos Aires, Economía, Sociedad y Territorio Vol. II, No 7, pp. 405-431, México.

Sabatini, F., Cáceres, G., Cerda, J. (2001) Segregación residencial en las principales ciudades chilenas. Tendencias de las tres últimas décadas y cursos de acción, EURE Vol. XXVII, No. 82, Pontificia Universidad Católica de Chile.

Sabatini, F. (2003) La segregación social en el espacio de las ciudades de América Latina, Depto. De Desarrollo Sostenible – BID, Washington D.C.

Svampa, M. (2001) Los que ganaron. La vida en los countries y barrios privados, Buenos Aires, Biblos.

 

3 Comments

  1. Contested Cities | La segregación socio-espacial. Abordajes diferentes para un fenómeno de múltiples dimensiones | Espacio Público y Sociedad
    24 abril, 2015

    […] Por Felipe Ochsenius, investigador del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires. […]

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  2. Benhur Chica Giraldo
    3 junio, 2015

    Distinguid@ Doctor (a): Muy comedidamente le invito a leer el blog http://www.losplanosdelapatriaanhelada.org/ . Dicho blog (fruto de 50 años de estudios y reflexiones académicas sobre la problemática nacional) contiene:

    1) REVOLUCIÓN CIENTÍFICA-TECNOLÓGICA PARA EL DESARROLLO NACIONAL: Con base en la Teoría de los Sistemas Auto- organizados, se establece una Propuesta para desarrollar en todos los aspectos, los países tercermundistas, en un lapso máximo de 10 años. La confiabilidad de ésta aseveración está sustentada por los siguientes hechos: En el año 1.982, el autor publicó en la Revista DOS MUNDOS el artículo: “La Urgencia de una Política Tecnológica” (N° 6, p.p. 19-21, Viena), cuyas ideas centrales son análogas a las descritas en el citado blog. Tailandia, Taiwan, Singapur y Corea, países que en la década del 80 tenían un desarrollo equiparable al colombiano, adoptaron una política nacional similar a la diseñada en dicho artículo, y hoy en día son naciones pujantes que compiten con las potencias industrializadas, en todos los mercados del mundo; y cada uno tiene un P.I.B. superior a 6 veces el de Colombia. Algunos países latinoamericanos han seguido las huellas de los asiáticos, así: Chile en el año 2.008, creó un fondo de $6.000 millones de dólares para becar 6.800 estudiantes de posgrados en EE.UU. Brasil siguió el ejemplo anterior y en el 2.011, mandó 100.000 becarios mediante el Programa Ciencia sin fronteras; y, México, en el 2.013, mediante el Programa Proyecta 100.000, tiene en la actualidad 46.000 becarios.
    Por otra parte, los países asiáticos tienen un total de 500.000 becarios haciendo posgrado en el exterior.

    Todo lo anterior demuestra la factibilidad de ésta Propuesta, pese a los 400 becarios en Posgrado que Colombia tiene programado para el 2.015.

    2) DIAGRAMA DE FLUJO DE LA PAZ y DECÁLOGO DE LA PAZ: 10 preceptos fundamentales para obtener la paz en Colombia en un término de 3 meses. ¡ Quién lo creyera? pero – hay que leerlo para creerlo -.

    3) PROPUESTA DE REFORMA A LA EDUCACIÓN DEL NIÑO EN SU MAS TIERNA INFANCIA: Propuesta para obtener un colombiano probo, digno de amar y ser amado (sustentada por el Anexo).

    4) PROPUESTA DE REFORMA ACADÉMICA: La cual pretende formar profesionales (médicos, abogados, ingenieros, etc.) a la edad de 18 años -mayoría de edad- y financiada por el Estado.
    El contenido del citado blog, puede ser considerado como la antítesis de la tesis que Uds. están intentando proponer para conseguir la paz. Un debate entre estos dos elementos dialécticos, podría ser muy constructivo para encontrar una síntesis que nos conlleve a una paz real y sostenible.

    5) Anexo: PSICOANÁLISIS Y PEDAGOGÍA FORMATIVA que sirve de sustento a la

    Agradezco sus críticas y comentarios.
    Atentamente:
    Benhur Chica Giraldo, M.Sc.
    Profesor Jubilado U.N.
    -véase en Google-

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  3. El sol sempre ix pel Cabanyal | Observatori d'Antropologia del Conflicte Urbà
    10 noviembre, 2015

    […] La segregación socio-espacial. Abordajes diferentes para un fenómeno de múltiples dimensiones. [en línea] Smith, N. (2002). New globalism, new urbanism: gentrification as global urban strategy. Antipode, […]

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