Viejos y nuevos espacios para la política

Posted on Mar 4, 2014 in (post) política, avance de investigación
Viejos y nuevos espacios para la política

VIEJOS Y NUEVOS ESPACIOS PARA LA POLÍTICA:

Un acercamiento al 15M desde las nuevas tecnologías

 

Por Julen Figueras Fernández, licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas, Master en Malmö (Suecia) en Derechos Humanos. Su tesina está relacionada con Movimientos Sociales como el 15M y el rol de las nuevas tecnologías. En la actualidad sigue investigando sobre el papel de las TICs en la transformación de la acción social.

El 15M, como dicen algunos, es lo mejor que le ha pasado a España desde la muerte del dictador Franco. En cualquier caso, se trata de la explosión cívica de una población que numerosas veces ha sido considerada apática, individualista, adormecida. La influencia que en estas movilizaciones (que tuvieron, sí, su comienzo el 15 de mayo de 2011 pero que se han extendido, reproducido y reinventado constantemente) han tenido las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TICs, a partir de ahora) es tan incierta como innegable. Si bien algunos movimientos tradicionales se niegan a dar crédito a lo que ven como una simple herramienta de comunicación al servicio del “mundo real”, y otros ven en las TICs la solución a todos los problemas, lo cierto es que, para bien o para mal, las relaciones humanas han sufrido una transformación de importante calado gracias a la emergencia de lugares online, que no deben ensalzarse utópicamente pero que tampoco deben desestimarse.

En este artículo pretendemos analizar la naturaleza de las prácticas que se dan el mundo online, observándolo al mismo tiempo a través de las prácticas del mundo offline, viendo hasta qué punto éstas se ven influenciadas por aquéllas. Este ejercicio sólo es posible si partimos sobre la base de que los movimientos sociales actuales se encuentran en medio de un proceso de hibridación de todas las prácticas sociales, estando ahora a caballo entre lo virtual y lo físico, retroalimentándose en un proceso sin aparente fin.

hacktivismoEn los últimos años se ha hablado largo y tendido acerca de la llamada Sociedad Red. Los vertiginosos avances en las TICs han provocado la emergencia de un tipo de estructura social organizada en forma de red, y donde la comunicación escapa de las lógicas tradicionales: ahora es más fácil que nunca conectarse  con cualquiera y desde cualquier sitio, sorteando las dificultades que hasta ahora aguardaban a quien quisiera alzar la voz contra el establishment. En este escenario, las TICs se presentan como una oportunidad para establecer verdaderos actos comunicativos e incluso vínculos entre personas que quizá de otra forma jamás entrarían en contacto. Este tipo de relaciones humanas tienen, además, la cualidad de darse al margen de las lógicas del mercado, a través de lo que ha venido llamándose la ética hácker  (en contraposición a la ética protestante propia del capitalismo), primando la libertad de expresión, el intercambio desinteresado o la búsqueda de la creatividad por encima de valores egoístas todavía predominantes en nuestras sociedades.

De alguna forma, Internet se torna así no ya sólo en una herramienta para la globalización capitalista, sino en un nuevo espacio desde el que desafiar al poder. Se trata de un espacio público en el que cualquiera puede actuar e interactuar, contribuir individual o colectivamente a la creación de nuevas realidades que se oponen y escapan del control del poder establecido.

Muchas de las movilizaciones que hemos conocido en el nuevo siglo son ejemplos de lo que hemos llamado “movimientos híbridos”, es decir, que no son sólo online (como el hacktivismo) ni tampoco exclusivamente offline (como los tradicionales). Su relación con las nuevas tecnologías va más allá de la simple utilización de éstas como medio de comunicación. Las TICs muestran formas de uso e interacción que obligan a sus usuarios a adaptar algunas de sus viejas prácticas. Así, por ejemplo, no es posible organizar una movilización (o parte de ella) a través de redes sociales como Facebook o Twitter si, al mismo tiempo, no se permite cierta flexibilidad a la hora de aceptar la participación activa de personas externas al movimiento (en forma de opiniones, sugerencias o métodos).

De esta forma, el discurso y la práctica de movimientos como el 15M están sufriendo cambios que lo hacen coherente con el medio en el que inevitablemente se mueven: el medio condiciona el mensaje.

¿De qué tipo son estos cambios? En primer lugar, Internet fuerza relaciones humanas basadas en la horizontalidad, evitando personalismos, representantes o líderes autoproclamados: la comunicación se da entre iguales, donde nadie tiene más voz que nadie, sino que todos pasan a ser escuchadores y escuchados. Esta cualidad, que se hace posible en Internet gracias a, entre otras razones, su organización en nodos, se traslada a las plazas de forma todavía primaria pero manteniendo dicha horizontalidad como principio. En la misma línea, la apertura y modularidad (esto es, la posibilidad de que cualquiera entre a formar parte de esa comunicación siempre y cuando respete las normas básicas de participación) se copian directamente de las experiencias online, donde cualquiera puede ser partícipe de procesos comunicativos existentes. Por último, y no menos importante, las características previas cobran sentido mediante un uso constante y consciente de la inteligencia colectiva como herramienta y método para alcanzar las mejores soluciones a los problemas más complicados. Donde las organizaciones tradicionales harían uso de sus comisiones, de sus especialistas o de su normativa rígida, las asambleas, comisiones y grupos de trabajo del 15M y sus sucesores trabajan de forma que cualquiera puede generar aportaciones interesantes. Mediante un creciente poder de recombinación (esto es, creando a partir de experiencias demostradamente válidas en lugares y tiempos distintos -así, por ejemplo, los escraches nacieron en Argentina diez años atrás-), estos nuevos movimientos dan pie a sinergias que de otra forma serían impensables.

El 15M ha demostrado ser un fenómeno sin precedentes no sólo por el despertar que ha supuesto para una ciudadanía aletargada. También ha mostrado novedosas formas de actuar y pensar, de reaccionar ante los abusos del poder al mismo tiempo que se replantean los propios cimientos de nuestra cualidad de ciudadanos.

Las dinámicas de Internet, donde el hacktivismo lucha incesantemente por mantener ciertos espacios de libertad para las personas usuarias, han contribuido a señalar los espacios de dominación que existen en el mundo puño likematerial. Así, la fluidez de comunicación, el intercambio desinteresado o las explosiones creativas que se dan en Internet se ven cercenadas en el mundo offline. El 15M no sólo bebe de esa ética hácker, sino que adopta muchas de las dinámicas básicas de Internet, como la horizontalidad, la apertura o el uso de la inteligencia colectiva. Al trasladar (expresa o involuntariamente) las experiencias virtuales al mundo offline, el 15M denuncia, señala y ocupa aquellos espacios que se creen públicos pero que, a la hora de la verdad, han estado completamente alienados por el capitalismo. Por último, generando espacios horizontales y libres del egoísmo y fragmentación al que la ideología dominante nos aboca, el 15M consigue hacernos recordar que las plazas son el lugar donde las personas pueden reunirse, hablar y actuar, o lo que es lo mismo: hacer política y ser libres.

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1 Comment

  1. Viejos y Nuevos Espacios para la Política | Julen Figueras
    4 mayo, 2015

    […] texto, publicado en marzo de 2014, está escrito antes de la urgencia quincemayista del asalto a las instituciones. Necesita, por […]

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