Airbnb, hoteles y desplazamiento de población en el barri Gòtic de Barcelona
Por Agustín Cócola
Barcelona debate en estos días una nueva regulación del alojamiento turístico. El crecimiento en el número de visitantes de los últimos años se ha visto acompañado de un crecimiento en la oferta de alojamiento, tanto de hoteles como de apartamentos alquilados por días. Movimientos vecinales han venido denunciando que este crecimiento expulsa a la población local y sus reclamaciones consiguieron que en el centro histórico se paralice la concesión de licencias para nuevos alojamientos. El nuevo gobierno «del cambio» se ve en la disyuntiva de ceder ante la presión de la industria más importante de la ciudad o contener el crecimiento turístico ante la desintegración del tejido vecinal. En este contexto he realizado este informe en donde estudio si el crecimiento del alojamiento turístico ha conllevado procesos de desplazamiento de población. Y, en tal caso, la forma en la que el desplazamiento se lleva a cabo y es vivido por la población local. El informe ha tomado como caso el barri Gòtic en el centro de Barcelona que, a decir verdad, es la zona con más concentración de alojamiento turístico de toda la ciudad. Sin embargo, es útil para ejemplificar que el crecimiento ilimitado del turismo no es un proceso sostenible. Más bien, puede generar exclusión y desigualdad.
Los resultados muestran que el barrio experimenta un creciente paso de vivienda a uso turístico. En primer lugar estudio los apartamentos ofertados en Airbnb y los datos son alarmantes: el 20% de las viviendas que existen en el barrio se ofertan como apartamentos turísticos. En segundo lugar estudio la oferta hotelera y, sorprendentemente, los resultados son muy similares. Aunque el fenómeno de Airbnb ha tenido más críticas mediáticas, la apertura de nuevos hoteles a través de la rehabilitación de edificios degradados ha implicado suprimir casi mil viviendas del mercado, lo que supone un 15% de las viviendas que existen en el barrio.
Los resultados también muestran que este progresivo paso de vivienda a uso turístico comporta diferentes formas de desplazamiento. En primer lugar el desplazamiento directo se da cuando un inversor adquiere un edificio entero y expulsa a sus habitantes o cuando un propietario convierte un apartamento en piso turístico. En segundo lugar es muy importante resaltar que la industria turística ha aumentado la dificultad de acceder a una vivienda, hecho que excluye a miles de personas aunque no entra en ninguna estadística. En tercer lugar existe una presión de desplazamiento ya que propietarios son forzados a vender al mismo tiempo que inquilinos son «invitados» a marchar debido a la dificultad de convivir con turistas en el mismo edificio. Por último, se da una especie de «desplazamiento colectivo» en donde el avance de la industria turística hace imposible la reproducción de la vida vecinal. De hecho, el barrio está sufriendo un progresivo descenso de población. Este descenso hay que relacionarlo también con pérdida de calidad de vida y de servicios diarios que el residente necesita ya que el paso de un barrio residencial a una zona turística complica enormemente la vida cotidiana de los vecinos.
Estos procesos de desplazamiento también tienen que ver con otros elementos que están presentes en el Gòtic. En concreto me refiero al proceso vivido desde finales de los años 80 en el cual viviendas degradadas son rehabilitadas para nuevos residentes con mayores ingresos, mientras la población originaria, generalmente en régimen de alquiler y de edad avanzada, es desplazada. Este proceso clásico de gentrificación aún se da en el barrio. Sin embargo, el paso de vivienda a uso turístico refuerza y amplifica los efectos de la gentrificación, sobre todo la dificultad de acceder a una vivienda a un precio razonable para un inquilino o comprador con salarios locales. Por este motivo, el desplazamiento también tiene que entenderse como una exclusión en el acceso a la vivienda, y no solo como huida. La menor oferta de vivienda y el consecuente aumento del precio solo permiten la llegada de residentes con altos ingresos. Es decir, el paso de vivienda a uso turístico fomenta la reproducción de la gentrificación.
En definitiva, una de las conclusiones que este informe mostrará es que el problema del desplazamiento, o la exclusión del vecino local, no es una mera consecuencia del turismo en sí, sino una consecuencia de la especulación inmobiliaria, de la liberación de los alquileres, de la falta de vivienda social, y de la falta de regulación del mercado de la vivienda. El turismo ha multiplicado la exclusión que se genera cuando la vivienda es sobre todo una oportunidad de beneficio.
Puedes descargar el estudio aquí: http://agustincocolagant.net/
Agustín Cócola es Investigador Postdoctoral en el Centro de Estudos Geográficos de la Universidade de Lisboa
Notas
1. Fuente foto de la cabecera: Periódico 20 minutos
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