ABSTRACT
La violencia urbana es el problema humanitario más grave en América Latina desde 2013. Sus consecuencias humanitarias, incluido el desplazamiento forzado intraurbano (DFI), incrementan las extremas vulnerabilidades estructurales que sufre la población y, además, generan constantes dilemas y retos para un sector humanitario, todavía caracterizado por su mandato tradicional de emergencia y su pasado rural. Sin embargo, la complejidad de los sistemas urbanos y la violencia que acogen son una oportunidad dramática para que los actores debatan su rol en este tipo de contextos. El objetivo de esta comunicación es analizar la evolución de la violencia urbana con el fin de plantear un enfoque de intervención integrado y de desarrollo comunitario que supere la extrema dependencia asistencial que tiene la población en algunos entornos urbanos y, al mismo tiempo, deshacerse de la artificial barrera entre el humanitarismo y el desarrollo, para iniciar un modelo de respuesta colaborativo y cooperativo entre las organizaciones humanitarias y de desarrollo, las autoridades gubernamentales y las comunidades locales. Para ello, esta comunicación se sustenta en los resultados preliminares del análisis exploratorio que se está realizando con cerca de 20 familias de los sectores de Piedras Blancas y Carboneras del barrio de Altos de la Florida en Soacha (Colombia), con más de diez entidades gubernamentales, organizaciones locales, nacionales, internacionales y agencias de las Naciones Unidas, así como en la experiencia de investigación previa en Buenaventura y Medellín (Colombia) en 2013.