ABSTRACT
La tendencia en la producción del espacio urbano ha estado marcada, en los últimos años, por el discurso y la práctica de “retorno” a la ciudad, fundamentados en la recuperación y renovación urbana de los centros históricos, áreas de interés cultural y zonas antes olvidadas. El objetivo de este trabajo es discutir cómo la renovación urbana, dirigida y pensada para el retorno del capital a ciertas zonas de las ciudades, viene de la mano de procesos de exclusión social y la invisibilización del otro, los cuales constituyen una forma particular de espacialización de la violencia. Al respecto, se plantea que aquellos que “se quedan” en las zonas “rehabilitadas”, pertenecientes a sectores de bajos recursos, se reproducen socialmente bajo formas de violencia estructural y subjetiva.
En esta dirección se argumenta que la violencia estructural se realiza espacialmente a partir de tres ejes: la valorización del espacio, la producción de dispositivos espaciales de control social y la generación de discursos que normalizan la exclusión, resultando en una organización urbana fragmentada.
Para discutir lo anterior se examina el caso de una vecindad, ubicada dentro del área de influencia del Centro Histórico de Coyoacán, en la Ciudad de México, en la cual sus habitantes de bajos recursos han quedado atrapados en el proceso de renovación urbana, haciendo frente a la invisibilización y la exclusión social.