LA CALLE COMO ESPACIO PERDIDO: EL FIN DE LA CULTURA POPULAR INFANTIL EN BARCELONA

ABSTRACT

El tiempo en el que los niños se relacionaban en la calle forma irremediablemente parte del pasado. Hace tan sólo unas décadas, la infancia conseguía desplegar un amplio entramado de relaciones sociales en la calle, practicando todo tipo de juegos al aire libre y manteniendo encuentros para hablar de lo que nadie les enseñaba. En el caso de la ciudad de Barcelona, todas estas actividades se celebraban de forma organizada a través de principios de autogestión, las pandillas, formando una especie de universo paralelo que transcurría en una libertad relativamente regulada por parte de un vecindario que sólo intervenía si era estrictamente necesario. Todas ellas creaban y formaban parte de una relevante cultura infantil de la calle, un escenario social que los niños percibían como su reino.

Aludiendo a la inseguridad, actualmente son muy pocos los adultos que se atreverían a dejar sus hijos en libertad por las calles de las grandes ciudades, pero otro motivo real que no suele ser mencionado es que los niños sencillamente no tienen tiempo. La imposición de la llamada “educación en el tiempo libre”, destinada a monitorizar el tiempo de los niños y los nuevos hábitos de consumo y de ocio por parte de las familias, han conducido a la desaparición de la cultura infantil de calle. Al mismo tiempo, vemos manifestarse hoy distintas formas de cultura popular protagonizadas por adolescentes, las cuales se expresan como luchas por la recuperación de ese “derecho a la calle” que les fue negado de niños y poniendo en marcha sus estrategias para reivindicar aquello que les ha sido negado: la calle.

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