ABSTRACT
Este artículo centra su análisis en las nuevas prácticas de intervención en la ciudad desplegadas por distintos colectivos ciudadanos a raíz del estallido de la burbuja inmobiliaria. Los vacíos urbanos que caracterizan el paisaje de las ciudades españolas en los últimos años han sido objeto de interés por parte de nuevos sujetos sociales, que promueven acciones de reapropiación para reivindicar su obertura. Estas nuevas prácticas, junto con el contexto de crisis y austeridad, han provocado que muchos ayuntamientos hayan desplegado programas de transformación temporal de solares y hayan establecido acuerdos de cesión de equipamientos, regulando su gestión ciudadana a través de canales formales. Gracias a estos programas, la relación entre los colectivos ciudadanos y las instituciones públicas se ha situado en un nuevo escenario. A partir del caso del Pla Buits del Ayuntamiento de Barcelona, este artículo reflexiona sobre los retos que presentan la activación de los vacíos urbanos y “el urbanismo del mientras tanto”, analizando tanto las oportunidades como los riesgos que existen en la gestión ciudadana de estos espacios. Así, nos preguntamos hasta qué punto el establecimiento de nuevas normativas y la formalización de prácticas informales puede facilitar la institucionalización de las prácticas ciudadanas y, en tal caso, qué consecuencias conlleva.