ABSTRACT
La ciudad neoliberal no es sólo el avance de las desigualdades sociales y de los procesos urbanos de segregación por renta u otros capitales, también es un modo específico de crear una realidad que exprese y que produzca al mismo tiempo esa segregación. La policía, como agente privilegiado en la construcción de la segregación urbana neoliberal, se ha convertido también en un profuso agente comunicativo. Sin abandonar las técnicas de la gestión material de la inseguridad objetiva -la prevención situacional y la diferenciación-, la «inseguridad subjetiva» ha acabado imponiéndose como piedra angular de la intervención policial. Esta «inseguridad subjetiva» permite adaptar las intervenciones a las demandas de la potencial clientela ciudadana, al tiempo que la ambigüedad contenida en su propia noción abre las puertas a una mayor autonomía policial frente a sujetos de riesgo que no han cometido ninguna acción ilegal, sino que simplemente amenazan con su presencia un determinado orden social. A través del análisis de dos planes de seguridad ciudadana, se pretenden desentrañar las lógicas discursivas y las posibles traducciones prácticas de la traducción del modelo neoliberal de gestión securitaria a Madrid. El Plan de Seguridad de Madrid (2007) planteó un marco de verdad y se tradujo en algunas acciones materiales sobre los espacios públicos, mientras que el «Plan Integral de Mejora de la Seguridad y la Convivencia del Barrio de Lavapiés de Madrid» (2012), inspirado en el anterior, constituye una herramienta concreta creada de cara a resolver las «necesidades específicas» de un barrio que se resiste a gentrificarse.