ABSTRACT
En este artículo me dispongo a analizar la gentrificación, ya no desde la expulsión de la vivienda, sino desde el espacio público. Para ello, me baso en tres proyectos de movilidad de la Ciudad de México que fueron desarrollados con capital privado (los grupos acomodados), y que expulsaron a los actores urbanos informales que utilizaban la calle como material y espacio de trabajo.
Una primera parte la constituye una retrospectiva del trabajo informal en la calle y el intento del gobierno por eliminarlo para mejorar su imagen. A continuación, contemplo los proyectos de movilidad como una estrategia para elevar la competitividad urbana. Después, considero el argumento ambiental como el discurso legitimador de estas estrategias de movilidad. Y finalmente, argumento que la movilidad sustentable es el discurso que permite eliminar a ciertos actores informales del espacio público, como producto de una ética ambiental superior.